Desde el mes de enero de 2020, comencé a notar en Facebook una publicidad que era demasiado extraña, una página llamada “Wish” comenzó a ofrecerme productos como dildos o ropa interior destinada para el acto sexual. Esto me pareció muy extraño y el 27 de marzo, sin tener nada que hacer, decidí experimentar con el algoritmo de publicidad de Facebook y entender que está haciendo esa página.
Anteriormente hubo cosas que me parecieron curiosas de Google, por ejemplo, me sugería aplicaciones de encuentros homosexuales y era demasiado extraño, aunque yo sabía que había tomado en cuenta ese tipo de aplicaciones para algunos de mis artículos o incluso llegué a utilizarlas durante algún tiempo, pero, aún así, ese tipo de sugerencias me parecía demasiado extraño al menos desde mi punto de vista.
Es cierta ocasión hice un experimento con un amigo, realmente él nunca supo que estaba haciendo el experimento, pero decidí hablar sobre algunas de las cosas que estaban apareciéndome dentro de la publicidad y, en efecto, después de irme, luego de tener la conversación, la publicidad que le comenzó a parecer a él era básicamente sobre lo que habíamos estado hablando.
Para poder manejar la cuenta de Facebook, que creé el 27 de marzo, pensé en dos cosas: la primera era no poner mi foto de perfil, con mi cara, si no colocar una foto de perfil con alguna caricatura y tomar una imagen cualquiera de internet para la foto de portada. Con esas consideraciones, comencé a mandar solicitudes de amistad a personas homosexuales para notar qué tipo de publicidad mostraba Facebook, a través de sus asociados. Dentro de las conversaciones con esa cuenta también procure mencionar series y me fui por el típico de Élite y Sex Education.
Fue curioso ver cómo los anuncios se adaptaban, precisamente, a las pláticas que existían, De modo que, en mi cuenta común de Facebook aparecían anuncios sobre máscaras de “la peste negra”, un tema que estaba hablando con un amigo, y sudaderas de Rick & Morty, una serie a la que he estado dando seguimiento desde el año pasado y me ha parecido bastante buena, incluso llegué a utilizar a Rick Sánchez como foto de perfil en una de mis redes sociales.
Sabiendo lo que ocurría con esa cuenta, me di cuenta de que, en la cuenta alterna que creé en el mes de marzo, me habían estado sugiriendo, precisamente, lencería, dildos y ropa de furros. Hace unos días, me tomé el tiempo de descargar la aplicación “Wish” y me di cuenta de los productos más comprados y, en efecto, habían varios productos de lencería, entre lo más comprado. De lo que recuerdo, es que habían tanguitas de elefante y suspensorios que, para quien no los conozca, son calzoncillos que están abiertos, o mejor dicho, no tienen la parte de atrás y son más populares entre los homosexuales pasivos.
Me pareció curioso poder escuchar, en cierta ocasión, que Netflix había hecho un estudio sobre las personas y las series que miraban. En uno de los resultados, había una persona que según el estudio, es homosexual. Él no lo había comentado a su familia y fue la forma en que ellos se dieron cuenta. Si de algo estoy seguro es que la publicidad surge a partir de nuestras interacciones.
Realmente me parece un abuso lo que hacen las empresas, porque, al final, está en juego nuestra privacidad por mostrarnos publicidad, pero nosotros no pagamos ninguna cuota monetaria por los anuncios que vemos en redes sociales, y en internet. Así que, el costo termina siendo todo lo que nuestra cultura, al momento de usar las redes, determina. Esto da muchas sorpresas sobre nosotros mismos al final.
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