No sé, pero después de ver el “R.P.M” de Franco Escamilla me quedo la pregunta ¿por qué decimos “v de vaca” y “b de burro”? Luego de que en noveno grado, mientras hacía servicio social en el complejo educativo donde estudiaba, notara cómo las maestras de educación inicial daban clases, noté algo particular, por experiencia, los maestros nos ponen a relacionar una letra con una palabra:
No obstante, la palabra debe ser un objeto reconocido, de modo que el alumno pueda aprender más fácil. El problema es que el español tiene la “b” y “v” y “c”, “s” y “z” con el mismo sonido, de modo que se vuelve indispensable poder diferenciarles, de esta forma. Así, llegamos a seleccionar algo de dominio general para decir la forma de escritura con respecto a la letra que se está mencionando, por ejemplo:
Aunque no creo que fuera una idea seleccionada de la nada, tuvo que existir un referente para que en la actualidad utilicemos esta metodología, por lo que creo que todo se remonta a la época de la colonia. El idioma que nosotros utilizábamos no era el español y la comunicación que teníamos de comunicación eran los dibujos que se realizaban en piedra.
Con la llegada de los españoles a América Latina, el sistema de escritura cambió de dibujos a caracteres que al ponerlos juntos forman palabras y por sí solos tienen un sonido; de esta forma había que relacionar las palabras con algo que los indígenas pudieran conocer. Los pueblo originarios tenían una forma de vida que se basaba en la agricultura y la ganadería, por lo que no me sorprende que hasta la fecha sigamos utilizando frutas, verduras y animales para relacionarlos con las palabras y las letras.
Bajo esta misma suposición creo que la intención de los sacerdotes católicos educadores era que ellos conocieran lo que Dios había creado, de modo que se volvía fundamental conocer las frutas y verduras. Una buena forma de enseñar lectura y religión y compartir su propia cultura de una forma dictatorial a todos los pueblos que habían sido conquistados y sometidos al yugo español.
Finalmente, creo que para superar la crisis de escritura de una palabra, terminamos usando una referencia. En todo caso las letras reciben los nombre de “b labial” y “v labiodental”, pero creo que preferimos decir “b de burro” y “v de vaca”. Lo complicado viene cuando, resulta ser que, la “v” es labia por algunas razones de historia, así que se alterna entre llamarles “be” y “uve” o “b larga” o “v corta”.
En el podcast de Wismichu, precisamente en el W-Podcast #9, el invitado fue el youtuber argentino PedritoVM. El español lo pronunció como “Pedrito Uve Eme”, pero el argentino sostuvo que es “Pedrito Ve Eme”. Lo otros es que el nombre del podcast, en español de España es “Uve doble Podcast”, aunque como latinoamericanos lo llamemos “Doble Ve Podcast”. De cualquier forma, el español tienen sus retos para todo.
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