El 14 de mayo de 2010 falleció mi abuela. Hay una serie de cosas que han pasado desde ese momento, pero estoy seguro de que desde ese momento ya no fui el mismo. No puedo decir que fue mi madurez porque hasta la fecha soy muy inmaduro, pero hay algo que me hace sentir vacío.
Creo que no es lo más feliz del mundo tener que pensar en vivir sin un familiar, pero ¿y si esa persona se convierte en un referente? ¿En qué forma logras superar su partida? Yo hubiera querido que ella estuviera presente en mi bautizo y en mí graduación y creo que hay una época antes de su muerte y después de su muerte.
Cuando ella estaba viva creo que la Iglesia iba bien, mi vida no mucho. Era alguien muy violento y abierto; ahora soy más triste y cerrado, aunque se note. Creo que ella se encargaba de decirme qué estaba mal para que yo estuviera bien y nunca discriminó a nadie, eso era lo mejor.
Una de las cosas que me motivó a rapear fue, en parte, el amor que ella me inculcó por la poesía. El poema por el que más la recuerdo es “Un rancho y un lucero” de Alfredo Espino, que, por cierto, decidí rapearlo y subirlo a YouTube. Sin embargo, algo no me llena.
A veces siento que mi vida con ella fue un futuro pasado. Lo que percibí que le enojaba es algo que empeoró con los años y no sé cuál es realmente la opción a tomar, porque en ocasiones logró entender el punto en el que ella estaba, aunque es difícil.
Nunca me sentí juzgado por ella, al contrario, me apoyaba, ella fue una de las razones por las que comencé a ir a la Iglesia y uno de los motivos por los que dejé de ir, el vacío se volvía el pan de cada día, sabiendo que ella ya no estaría allí para hacer algún chiste o dar algún consejo.
El pastor de confianza que tengo dentro de la iglesia me ha ayudado a llenar ese vacío. Te llena de satisfacción saber que tu abuela dejó un legado y que te lo digan cuando te sientes mal te da motivos para vivir, para sonreír, para hacerle bien a las personas.
Sé que el cristianismo se trata de ser como Jesús, pero siempre me planteo ser como mi abuela, alguien que sabe controlar sus emociones y hacer todo en el momento indicado. No seguir ciertos lineamientos esenciales, pero ser feliz con tu vida haciendo lo que te gusta.
A veces, solo quisiera un abrazo de ella, tomar café juntos o poder platicar con ella. Parte de lo que soy creo que es por ella, de no ser por ella creo que no tendría disciplina en algunos aspectos y eso es lo que más valoro y extraño de ella. Su salmo favorito era el número 23, habla sobre cómo Dios nos cuida y, aunque ella no esté aquí, siempre estarán presentes sus consejos.
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