Creo que no tengo el mejor criterio para ver series, mis elecciones son algo peculiares: si lo odian varios lo veo, pero si lo menciona mi artista favorito ha de ser bueno. Así, una de mis series en espera es “Breaking Bad”, aunque no me motivó tanto como “Black Mirror”. Sentí con tanta profundidad la frase “si te miraras como yo te miro, cualquier espejo sería Black Mirror y San Junípero sería real” que decidí comenzar a ver Black Mirror, sólo porque Brock Ansiolitiko lo mencionó en una canción.
En un inicio, la serie me pareció interesante. La humillación realizada contra un político para arruinarle la vida, completamente, fue algo loco. No sé, pero de entrada eso me enganchó, ya que es tan precisa la actualización de información del acosador que sorprende como se mantiene como incógnito todo el tiempo y lo de tener sexo con un cerdo, siendo político, demuestra el odio que puede existir, al haber secuestrado a una amiga del gobernador y que el precio por liberarla sea un vídeo de zoofilia del gobernador.
El siguiente capítulo no me causó tanta gracia. No sé, pero competir para crear contenido y clasificar por dicho contenido es algo aburrido. No sé, pero la selección de alguien para el cine pornográfico cuando, en realidad, quiere cantar es algo absurdo, aunque solo demuestra que nosotros estamos sujetos a querer popularidad y vivir de los números, dejando de lado nuestros deseos personales para ganar, en base a, nuestros deseos externos.
El último capítulo de la primera temporada me causó miedo, pero, al mismo tiempo, me causó admiración. Un sistema mediante el cual pueda proyectar lo que he visto en una televisión sería interesante con distintas personas, aunque, al final, hay cosas que no quisiéramos mostrar, pero creo que pueden borrarse. Lo que me pareció excelente es que si haces una llamada a la policía puedes denunciar un crimen dando acceso a ellos para que miren lo que miras. Además, sirve para viajar, ya que revisan la actividad de las personas antes de salir de viaje.
La segunda temporada de la serie inicia con un programa muy perturbador, tomando en consideración las publicaciones en redes sociales y las interacciones por mensajes, hay un programa que permite “revivir personas” a partir de su interacción social y una reconstrucción física de la persona, además de un agregado de vídeos pornográficos para una mayor satisfacción sexual a la personas que reconstruye a su pareja.
Si esto es perturbador, es peor saber que hay un parque de atracciones en el que se puede violentar psicológicamente a la cómplice del asesinato de una niña. La trama del capítulo es para compadecerte primero de la cómplice del asesinato, para darte cuenta, al final, que todo es falso y que la persona a quien le tuviste lástima está involucrada en un crimen.
Al tercer capítulo de segunda temporada ya le dediqué un artículo comparándolo con la política tuitera de El Salvador, así que pueden leer “El caso Waldo” y Nayib Bukele. La serie tiene un especial de navidad y en él conocemos la vida de un criminal en una cápsula de conciencia que, hasta cierto punto, es algo ilegal, pero interesante para castigar, porque entre más rápido pasa el tiempo, en menos tiempo, es más doloroso.
En la tercera temporada exploramos nuevamente la adicción a los números en las redes, con una red social en la que todo el mundo está inscrito y quienes no tienen mucha popularidad, tienen menos privilegios que todos aquellos que si son populares y bien evaluados por la sociedad en general. De esa puntuación dependen sus empleos y con menos de tres estrellas de cinco estrellas se le puede negar, incluso, el transporte a una persona, así mismo, la asistencia a ciertos lugares.
El segundo capítulo nos lleva a un juego de realidad aumentada que explora las casas de terror, pero que en poco tiempo puede acabar con la vida de una persona. El juego se implanta en el cuello de las personas y a partir de eso pueden explorar la mente de las personas y conocer sus miedos más profundos para poder mostrar la casa del terror con los miedos más profundos.
El tercer capítulo nos da a conocer el acoso cibernético y el hackeo de las redes sociales de las personas, de modo que muchas personas se las invita a seguir retos para que sus familias no conozcan sus secretos, pero, al final, todos estos secretos son liberados y arruinan la vida de las personas que han ocultado las cosas que han hecho.
Aunque no todo es tan malo, en el cuarto capítulo nos presentan “San Junípero” un hospital y sistema que permite que las personas puedan encontrarse en un archivo de conciencias y puedan ir explorando toda la historia a través de viajes dentro del sistema. Es lo más esperanzador que puede existir y demuestra que “hay vida después de la muerte”, aunque en un archivo de conciencia.
El quinto capítulo explora las guerras y los asesinatos en masa por gente que tiene un virus, pero que no todos los ven como enfermos, sino que, hay otros que los pueden ver como humanos, realmente. Un soldado se enfrenta a ese dilema en el que su sistema de reacción se daña y comienza a ver a las personas como humanos y no como infectados.
El último capítulo de la tercera temporada explora en linchamiento en las redes sociales y la vulnerabilidad de los seres humanos al tener como especie extinta las abejas y que la polinización sea hecha por robots pequeños que simulan ser abejas, pero que pueden ser hackeados para entrar al cerebro de una persona y causarle una grave cefalea que termina en la muerte.
El primer capítulo de la primera temporada nos muestra la prepotencia de algunos jefes al extraer ADN de los empleados que no le valoran para introducirlos en un juego, quienes están dentro de esa realidad hacen lo posible para deshacerse de él y lo logran aprovechando una actualización de sistema, en la cual ellos salen del mundo en el que se encuentran con el control del juego y dejan a su jefe dentro del juego, provocándole la muerte virtual y humana.
El segundo capítulo nos dice que no es correcto censurar el contenido que ven los niños, porque, a la larga, pueden hacerse daño o hacerle daño a alguien más. Parece buena la idea de censurar los miedos de una niña, pero no siempre es lo más recomendable, ella comienza a lesionarse para ver si sangra y el sistema censura su sangrado, la madre recibe una alerta, pero esto va para mal.
Aunque si de cosas malas se trata, lo peor es un asesinato. Una famosa arquitecta sale con un hombre, viajan borrachos, matan a un hombre y lo arrojan al mar. Posteriormente ella sigue con eso y mata a su acompañante. Una investigadora quiere descubrir el origen de un accidente de tránsito y descubre el asesinato del acompañante, por lo que ella mata a la investigadora y a su familia.
El cuarto episodio trata sobre una especie de Tinder, en la cual la aplicación te sugiere cuánto tiempo tendrán de relación, si la aplicación decide que las personas son compatibles de por vida, entonces la aplicación te obliga a vivir en una relación que no quieres, hasta que encuentran a la persona ideal y te liberarán del sistema.
El quinto episodio nos cuenta cómo serían los perros guardianes en formato de robot y la capacidad de matar que tienen, al igual que la detección de latidos y la detección de señales de radio. El sexto episodio nos muestra un museo del crimen y la venganza de una hija que ama a su padre y le cobra venganza al ejecutor de su padre. Después de este episodio hay una película, pero esto va para otro artículo.
La quinta temporada explora en el primer episodio el sexo entre amigos a través de un juego en realidad virtual. Fue interesante por todo el trasfondo de un juego de luchas que te permite tener sexo y que te satisface de la mejor manera. El segundo capítulo explora la importancia de no distraerse con el teléfono mientras conduces un auto y porque debemos valorar todo lo que nos rodea.
El último capítulo de esa temporada muestra la vida real de un artista joven. No es tanto que el artista pueda hacer lo que quiera, sino que se somete al control de uno de sus familiares y, a través de una fanática y un loco descubrimiento, logran salvar a la joven artista, interpretada por Miley Cyrus. Fue uno de los capítulos más criticados, pero es el que me pareció que tocó uno de los puntos débiles de la sociedad.
Serle fiel a un artista es seguirle en todas sus facetas, no solo en lo que nos parece bueno, sino, también, en el lado más desconocido de él. La sinceridad de un artista es lo que deben buscar los fanáticos. Todos estamos acostumbrados a una imagen del artista, pero odiamos aquella parte mala que él puede tener. Así, Black Mirror nos abre una puerta a ver de forma alternativa a nuestra sociedad.
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